¿QUIÉNES SOMOS?

Un grito en la calle

por | 21 May, 2025

Era la primera noche otoñal fría y habíamos prendido la estufa a leña.

Todo estaba silencioso y tranquilo.

Apagué el televisor y me quedé sentada mirando las llamas, que quemando la leña, tomaban diferentes colores y lanzaban chispitas de luz.

Todo en paz. 

Adentro, el sueño había ganado a todos los integrantes de mi familia. Afuera, silencio absoluto.

Me aprontaba ya para irme a dormir, cuando un grito en la calle me paralizó.

De pronto en el barrio mudo y sereno irrumpieron patrulleros, gente que corría y otra vez …el grito. Una profunda angustia apretó mi pecho.

No supe qué había hecho aquel muchacho, ni por qué lo perseguían .Sólo sé que lo atraparon y se lo llevaron.

La paz de esa noche estaba rota, como mi sueño.

En ese insomnio  el grito volvía una y otra vez  atormentándome y  mi mente viajaba a diferentes lugares y momentos. Entonces ese muchacho se transformó en  un niño, que de túnica y moña entraba a la escuela, con una mochila cargada a la espalda.

¿Cuál de aquellos gurises es éste, cuyo grito retumbó en la noche?

¿Cuál de aquellos gurises que¨ luchaban” para aprender las primeras letras y números es éste? 

¿Cuál de aquellos gurises, que se comunicaban con el grito, el golpe o el insulto, es éste?

Porque posiblemente, en ese momento, esa era su forma de pedir ayuda, para que no se notara el dolor que lo atravesaba.

¿Cuántos pedazos fue perdiendo por el camino?

La escuela seguramente, lo ayudó a recoger algunos, pero un día las puertas se cerraron para él y quedó del otro lado.

Sólo sé que ese grito que se diluyó en el aire trasmitía dolor físico, pero también del alma. Era el grito de un ser humano roto y sus pedazos volaron por la noche.

Yo traté de dormirme y lentamente la voz de BOB DYLAN me fue acunando, diciendo:

“… ¿cuántos caminos debe un hombre recorrer antes de qué le llamen hombre?…”

“… ¿cuántos oídos debemos tener para oír a la gente llorar?…”

“… ¿qué tan humanos tenemos que ser para el sufrimiento entender?…”

“…la respuesta, amiga mía, está soplando en el viento,                                                                                                       la respuesta está soplando en el viento…”