¿QUIÉNES SOMOS?

Tres poemas

por | 4 Sep, 2024

¿Dónde están?

¿Dónde están?

¿Cómo conjugar el dónde

 con el estar?

¿Cómo conjugar la libertad 

sin libertad?

¿Cómo conjugar el ver

sin el ver?

¿Cómo conjugar la vida

con la vida arrebatada?

¿Cómo conjugar el caminar

sin el andar?

¿Cómo conjugar el abrazo

con la ausencia del que no 

está?

Cómo…cuántos cómo sin 

conjugar.

Las preguntas no descansan.

El sonido de un grillo en un

rincón tampoco.

Recuerdos de mi infancia

En aquellos años chicos

entre mate dulce y galleta malteada

nació la ilusión del músico.

Las canciones prestadas

se humedecían entre sorbo y sorbo 

y escasez de azúcar.

Yo soñaba con serlo 

frente a un espejo desteñido,

que apenas fotografiaba

mi rostro.

Los baños cortos

y espaciados 

también fueron testigos.

Un poco más acá,

con los años más largos

me llegó el fracaso

del músico, quizás

por la falta de azúcar

o por la llegada de un espejo

Sin prisa.

La mujer camina descalza

sobre el suelo húmedo, maltrecho,

discontinuo.

Ella camina sobre las cáscaras 

de huevos aún frescos sin sentirlas.

La mujer camina…camina, ahora

desnuda, con su cuerpo flaco

sobre sus pies nómades, ávidos 

de andar, de sentir el sufrimiento al pisar,

sobre el suelo agrietado, las raíces aéreas,

sobre las piedras que se asoman

para achicarle el paso.

La mujer camina sin sentir el dolor

que su rostro sí expresa.

No mira atrás, no quiere hacerlo, resiste,

sólo quiere caminar y llegar.

En el silencio de su andar,

el cansancio descansa sin jadeos.

Finalmente llegó, se rio, lloró

al ver que no caminaba sola.