
ÚLTIMAS PUBLICACIONES:
Edgar, un tesoro de lucha
Edward Knappe, un hombre de 91 años, me recibió bajo la sombra de un árbol, con las manos llenas de barro.Agradecido por su trabajo, irradiaba voluntad de vida y un amor por lo que hace que lo vuelve admirable. En la piel de su rostro y en sus manos curtidas por el tiempo encontré emoción, historias y una profunda filosofía de vida.Su alma me...
Susurros de la nostalgia
Maldita nostalgia,Que tanto mal me has traído.Mi mente se envuelveEn una espiral vacía;Infinita como mi sufrimiento,Fría como un abrazo de la muerte.¿Dónde está la felicidad?La extraño.Esta nostalgia que me consumeMe está matando.No sé qué quiere de mí,Creo que ya mucho he sufrido.Pero no me suelta,Solo me aprieta,Me acechaEn las sombras de mi...
Uno de la barraca
De los personajes que deambulaban por la barraca, uno destacaba por lo singular: el Nené Rosado. Un hombre rudo, de trabajo, de complexión gruesa pero pequeño de estatura, no medía su fuerza. Bajaba las bolsas de portland del camión Dodge del 40 y las estibaba en el...
Judas Maneco
-...Pero date cuenta Maneco... la propiedad privada es ilegal, date cuenta, que nació de una inmoralidad, de algún decreto real o porque a algún milico general se le antojó en su momento. Porque fijáte hermano, que antes, en la época del abuelo de Sepé y de aí...
De cuando Don Tito decidió ser Luthier
Por aquellos años el tiempo rendía un poco mas y hasta alcanzaba para ahorrar un poco de él. Fue justo por ese entonces que Don Tito decidió tocar la guitarra, pero tenía una pequeña carencia instrumental, no tenía guitarra. Entonces es ahí, cuando regresó a lo del...
Poemas
Pájaros
Mi alma descansa en el sonido roto de un gorrión.
Hay un pájaro herido sobre el lecho del monte.
El follaje sufre la ausencia sonora de la parvada, en la huida se quiebran miles…
El brillo de las noches
Esa noche hacía más frío que de costumbre. La soledad del cuarto mostraba los cambios de la rutina nocturna. Hace tiempo que no podía dormir ¿tres meses? ¿cuatro? ¿seis? no le quedaba bien claro, de todas formas no se acostumbraba a estar sola en una cama...
Raro como comerse un clarinete
Raro, lo que se dice raro, como diría el querido Don Verídico, aquel sujeto que además de músico era medio mago, algo así como un encantador de serpientes, pero sin serpientes. Tocaba música y hacía desaparecer cosas. Humilde y todo era un artista que tanto te ponía...
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