Hambre y miedo.
El hambre
no siempre está
en el vacío del estómago
El miedo
casi siempre
es a lo desconocido
¡El mundo está lleno de hambre!
Hambre de amor
hambre de abrazos
hambre de amigos
hambre de salud
hambre de paz
hambre de empatía
hambre de sabernos parte
hambre, también en el estómago
¡Y cuánto miedo hay en el mundo!
Miedo al amor
miedo a los abrazos
miedo a la soledad
miedo a las guerras,
las que vemos afuera
y las que llevamos por dentro,
miedo a ser invisible
miedo a no poder,
miedo, también a lo desconocido
Pero cuando el hambre,
cualquiera de ellos,
golpea nuestra puerta,
¡solo nos salva el miedo!
Es él quien nos lleva a abrir la ventana…
A veces disfrazado de enojo
a veces de tristeza
a veces de angustia
a veces de gula…
Pero cuando
lo disfrazamos de fuerza
¡No hay hambre que se atreva
a enfrentarnos!
Desabrochar y decir
En un mundo
de tantas luchas
por la igualdad,
aún persisten
esos moldes
que nadie está dispuesto
a abandonar
Mucho lenguaje inclusivo
palabras que es mejor
no pronunciar
porque hieren
discriminan
avergüenzan
a la sociedad
¡Pura paparruchada!
Las palabras
no excluyen
no hieren
no discriminan
Es la intención
de quien las dice
es su manera de hablar
es su mirada
es su forma de actuar
Mentira que se rompen los moldes
solo por palabras prohibir,
los moldes caerán por el suelo
cuando a los demás
dejemos en paz, vivir
Cada casa es un mundo
un mundo es cada persona
¿Por qué mirar el mundo ajeno
si el mío tampoco
está tan sereno?
¿Acaso quitar derechos
nos librará del propio veneno?
Las palabras que hacen decir
discriminan mucho más
digámosle negro, al negro,
pues pecado no es
hay un sinfín de razas
que la sociedad rechaza
sin entender que en la diferencia
está la verdadera valencia
Desabrochemos los moldes
seamos libres de una vez
demos espacio a todos
pues solo se vive una vez
No hay un molde
que nos diga
cuál es la mejor
forma de vivir
Si la vida es el camino
que cada quien
sea quien es
No molesto a mi vecino
aunque él sea calma
y yo torbellino
Que cada uno sea libre
de gozar de su destino
Que se equivoque
que se caiga
que se vuelva a levantar
Lo único que sí se permite
es tender una mano
si queremos ayudar
Llegó la hora
de los moldes romper
Que el hombre
siga siendo hombre,
y nosotras, mujer
Hombres y mujeres
con los mismos derechos
y con todas las diferencias
que nos llenan de placer
Rompamos los moldes
y volvamos a decir
todas esas palabras prohibidas
para lograr de una vez por todas,
a la sociedad, zurcir.