Honrarte con tu mate y tu silla sentada a la orilla de unas rodillas pequeñas y pegadizas.
Tu delantal poco habitual que se observa un poco manchado y sin prisa por ser lavado.
Una taza grande, blanca desbordada de leche con malteadas llegando a la orilla de una cama donde una niña te esperaba sin prisa.
Tardes de regreso donde nos esperaba la novela del momento.
Una hora de sucesos donde nos acompañaba volver al regreso de un capitulo que se terminaba.
Papas con huevo, plato preferido y colmado de unas manos que pelaron sin descanso.
Llega a mis manos y las ansias de deborarlo me impiden recordarlo.
Tu falda movediza, cálida y sin apuros por ser liberada, mis brazos te envuelven en un eterno cariño.
Tus plantas me abrazan y el camino de llegada a cualquier parte se interrumpe porque tus plantas queridas no dejan salida.
Dia de cobro, supermercado fiel a visitar, el Giordano.
Mil pesos eran rendidores y ahí me iba a la góndola permitida por ese premio que merecía.
Llegar y abrir paquetes que deseaba tener cada dia del mes, acompañado de tus mates anhelados, cebados por tus manos que reflejaban todo aquello que deseaba tener.
Mañanas apresuradas donde la túnica me acompañaba y tus pasos me guiaban.
Lo más triste y eso que no extrañaba mucho a nadie, pero tus partidas para la campaña me dejaban un llanto pequeño que duraba solo un momento, igual no negarlo en la nocturnidad me atacaba la soledad, hasta que me abrazaba el descanso.
Volvías, llena de golosinas, en ellas las llamadas masitas, que serian galletitas.
Charlas cortas pero con grandes mensajes, tus valores y tus ganas de salir adelante.
Mujer fiel en lo que tuviera por delante.
Exigente, las actividades de la casa se hacían juntas para sacarlas adelante, prolija, la cama se tendía aunque hubiera prisa, en eso no tuvo incidencia, mi cama me espera destendida.
Estructurada en el orden y claras sus prioridades.
Linaje eterno en mí, pero si vine cortando camino y decidiendo más por mí, que por aquello que se debería hacer, mandatos sagrados que respeto, pero estoy nostalgiando algunos momentos que marcaste en mi.
Hasta tu muerte se alineo con tu amor por mi, ya que esperastes mis manos para entregarte a un descanso que merecías tener.
Mujer eterna en mi, abuela, para vos.