Carmelito se levanta muy temprano
Buscando a su Margarita
Que la llama por su nombre.
Se detiene de su vicio
Ella con gusto
No duda en llegar,
Con su blanca pureza
Va saciando su soledad.
Es suave al tocar
Con sus mamas frías
De tanto explotar.
Mamón de pequeño
La supo disfrutar,
Siendo un primogénito
Envidioso de alguien más.
Llevando su codicia
En blanca espuma
y alimento a la humanidad.
Lloraste sin llorar
Mamaste sin mamar.
No te acuestes sin tomar tu leche
Carmelito otra vez la ve pasar.