Una mirada al aporte de la inmigración a la memoria colectiva
“Siempre despertó mi interés querer saber un poco más de la vida de aquellos vecinos que me resultaban curiosos por su habla, por algunas de sus costumbres y por las historias que muchos veces escuché por boca de ellos mismos”, así se refiere Carlos Fariello en la presentación de la obra que en coautoría con Elizeth Schluk, recorre el derrotero de cerca de cuarenta familias de inmigrantes, de origen judío, que en el pasado se asentaron en el departamento de Durazno.
El 26 del pasado mes se presentó el libro “Historia judía de Durazno” del cual son autores los antes citados. Se trata de un trabajo monográfico resultado de una investigación sobre los inmigrantes judíos en Durazno, entre principios de la década de 1930 y mediados de la correspondiente a los ochenta.
En la obra citada se devela la historia de aquellos primeros inmigrantes, de sus aportes en la construcción de la identidad cultural duraznense tan cosmopolita como diversa.
Son veinte familias de la cuales se ilustra sobre datos biográficos, el origen y su procedencia, su viaje desde la Europa central hasta el Río de la Plata y su posterior ubicación en el departamento, porque además de la ciudad capital, Durazno, hubo presencia de estos inmigrantes de origen judío en pueblos del interior como El Carmen, Blanquillo, Cerro Chato y Sarandí del Yí.
El trabajo se basó en la recopilación de información sobre esas familias, cerca de cuarenta en total, sus actividades comerciales en el medio, la integración de las mismas, a través de documentos y testimonios de sus descendientes, reconstruyendo esta diáspora provocada por sucesos dramáticos que se comenzaron a vivir en el Viejo Mundo ya desde principios del siglo XX.
El libro rescata también la presencia en Durazno, ciudad se supone que vivió durante un tiempo y donde murió en el año 1968, de un filósofo, sabio, cabalista y místico judío, Shoshani (Mordechai Rosembaum) que influenció a varios intelectuales europeos en el siglo pasado y que aún hoy es seguido y venerado por innumerables seguidores.
Es importante destacar el corte antropológico de la investigación que proyecta desde pequeños pueblos y ciudades de Europa las peripecias vitales de estos inmigrantes que provienen de marcos socio-culturales diversos y que aportan al imaginario colectivo desde el cual se nutren tanto la identidad como la memoria de la sociedad duraznense.
La obra es también un aporte que enriquece la conformación de la memoria colectiva.
