Una puerta sin trancas,
una aguja que avanza.
Una risa que esconde aciertos y malos momentos.
Silencio, calma, acción y se despierta el Armagedón.
Un abrazo suspendido y el otro me abraza a seguir.
Sonidos de la cercanía lejana del sentir.
Una luz que atraviesa de prisa aclarando eso que desenfoca.
Una luz, si, una luz.
Me desenfoca el encontrar, pero alerta para avanzar.
Una flor que se marchita
por un sol que no pertenece.
No espantes el brillo verdadero eso que te esconde de lo real.
Nota y resalta como un brillo encendido.
Brillo, que resalta y me despierta el andar.
No huyas de tu sombra, la que se alimenta por un susurro que te aleja de lo que te da la mano.
Acompaña sin prisas, disfruta de lo que llega y arma las fuerzas para seguir andando.
Sencillo y me detiene, aunque escape a lo visionario.
Observo, me detengo y encuentro el adversario.
Tiempo, si, solo tiempo para seguir recordando sin penar lo elegido.
Fuerza para seguir existiendo en un mundo que va de prisa.
Tiempo, solo, tiempo.
Doy la vuelta y sigo caminando.