Invasor
Soplos claros,
Siempre alerta los ojos en tu ventana.
El invierno, el señuelo de la reja.
Empieza en la mañana la nostalgia, los saqueos.
La destrucción de la ciudad, los invasores.
Simple
Mañana es lejos,
y de esperar nos sobran nervios,
y de soñar nos falta sueño,
Como llegar donde no hay dónde.
El ojo sabe que mirar no es alcanzar.
Y del sonido aquel del timbre allá
un ruido fuerte de tormenta ya
anudó el silencio al mar.
El viento un poco se calzó en mis suelas
de camino seco y de milagro de marchar.
Me hizo andar.
Colores de sonidos lentos
y marcos de cuadros paisajes
pintaron el fin del viaje en tu calmada ciudad.
Y en el almacén de esquina
compramos verdes esperanzas sueltas
como de anotar.
Y después quedaron solas, vacías, sin vida
como la palabra sin cantar.
Y la cuenta sin pagar repasaba más las ganas de llorar.