Señor Intendente:
Por medio de la presente solicito a usted pueda solucionar un problema de orden y salubridad pública que acontece en las puertas de nuestra capilla.
Ya es de público conocimiento que en el portal, en las tres arcadas que lo componen, viven muchos perros que no solo orinan, defecan y se pelean en dicho lugar, sino que además ahora sospechamos que hay un par de perras preñadas. Sumado a esto el día domingo, día en el que se concentran mas fieles en nuestro templo, iban a atacar a Doña Maruja Del Campo, nuestra actual presidenta de la Agrupación de las Madres de Familia de nuestra Iglesia, que son el sostén principal no solo económico, sino moral, ético y las que mantienen un permanente vínculo con el resto de la sociedad con sus actos de beneficencia. Dicho suceso se presentó de manera espontánea e inesperada, el perro más chico de tamaño comenzó a ladrarle a la señora, los demás perros hicieron eco hasta que se le abalanzaron, si no fuera por un muchacho que en ese preciso momento pasaba por allí e intervino solo Dios sabe que hubiera pasado.
Luego de una reunión con los más allegados decidimos primero dirigirnos a usted, y por duplicado al comisario, para ver si entre ustedes pueden dar solución a dicho problema, porque manejamos la opción de envenenarlos con un veneno que usa el esposo de Doña Maruja en sus campos para matar los zorros que hacen mermar las majadas en épocas de parición, se entrevera con carne y al parecer es muy efectivo, pero nos pareció que este, en principio, es un problema de la sociedad y no de la Iglesia. Además, tampoco queda bien visto ante los ojos del pueblo que tantos animales se mueran de esa manera en las puertas de nuestro centro espiritual, usted comprenderá. Por eso nos dirigimos a ustedes, porque son la autoridad.
Dios le dé salud
y lo bendiga
a usted y a su familia
siempre lo recordamos
en nuestro culto
José María de la Cruz
Cura Párroco